sábado, septiembre 16, 2006

EL BOLO DE ARTEA

Por fin estoy en condiciones de ofreceros una crónica, cuando menos, aproximada de nuestro último bolo. Ya tengo fotografías (más abajo) y recuerdo casi todo de lo que ocurrió, aunque, seguramente, se me olvide algo.
Los que visitarais el blog en su día y seáis perspicaces diréis "pero si el concierto era en Areta". Vale, os explico. Como siempre recogimos las cosas del local y nos pusimos en ruta hacia Areta, donde Chano nos había dicho que era el bolo. Quedamos al eso de las 8 de la tarde en el lugar, pero nosotros, muy previsores, salimos para estar ahí a eso de las 7, por si las moscas. En la furgo íbamos Jorge, Roberto, Alfredo como conductor y Vero, que se apuntó el día anterior. Jose estaba en Sopelana y acudiría directamente desde allí.
Llegamos a Areta y no vemos señales de que allí fuera a haber un concierto (ya sabes, escenario, banderitas de fiestas populares, gente un poco menos formal que de costumbre..), así que decidimos preguntar. "Oiga, señor, ¿dónde es el concierto de hoy, si hombre, el de rock?" "Pues que yo sepa, aquí no hay ningún concierto" "¿Pero no son fiestas aquí?" "Uy, hasta Santa Ana no caen las siguientes". Mierda, ya ha vuelto a pasar, la maldición del equipo de Kaos sigue sobre nosotros.
Llamada a Chano:"Oye, que en este pueblo dicen que no hay concierto" "¡No jodas!. Espera que te paso con Little Elvis (que era el que nos había buscado el bolo)". "Oye, que nos dicen que igual puede ser en Areeta (Getxo) o en Artea (a 20 km)". "Mmm.. espera que os llamo ahora mismo".
Momentos de confusión y llamada a Jose. "Esperate que no sabemos dónde es el concierto, no vaya a ser que vengas por donde no es" "Rápido que me estoy quedando sin gasolinaaa".
Por fin confirmación, Artea. Menos mal, si no, hubiera sido la vuelta del mileno hasta Getxo.
Por fin llegamos a Artea, en plena exhibición de los deporte vascos: levantamiento de sacos y posterior carrera, competición de tala de troncos, carreras de carros de supermercado (?)..
Allí la buena noticia, nos había dicho Little Elvis ( a todas luces un personaje, cuando menos, peculiar), que teníamos que tocar dos horas cada grupo, desde las diez a las dos de la mañana, y, sin embargo, el "encargado" nos dice que no, que, como mucho, será de diez y media hasta las doce. Eso hace tres cuartos de hora a cada grupo en vez de las dos horas anunciadas, ¡y cobrando lo mismo!.
Por fin llega la actuación. Salimos nosotros primero (¡bien!) y damos un concierto del cual salgo bastante satisfecho, contando que hace medio año que no tocamos y que hemos ensayado 4 días (reales).
Creo que nos estamos volviendo más duros en cuanto sonido y me gusta, porque me recuerda a los Hoodoo Gurus, que tienen canciones totalmente jevis, con temas totalmente power pop. Me gusta esa mezcla. Me quedo a gusto y totalmente sudado. También dedico "Girl of the year" a "Mis dos mujeres especiales". Me gusta.
Por fin salen los Muelles. Molan. Hacen versiones de Eddie and the Hot Rods, temas suyos etc..
La verdad es que suenan de puta madre, hasta que, oh, oh, veo que al escenario se encaminan Maite (la mujer de Cavan, el bajista) y Vero. Ay Dios.
Y ya lo que sigue y recuerdo es una interminable versión de algún tema de Bo Diddley en la que Maite y Cavan presentan cada uno a la banda cada uno por su lado, mientras los demás intentan seguir el ritmo.
Es una pena (lo siento, Chano, pero es así), porque la primera parte del concierto fue de quitarse el sombero, pero esa parte final arruinó todo lo anterior.
He de decir que, tanto Cavan como Chano, son dos de los mejores imitadores de Faemino y Cansado que hay sobre el globo. Cada uno tiene ya asumido su papel y lo interpreta de maravilla. Espectáculo cómico-musical. Esto sí es Cabaret.
Pero la historia no acaba aquí. El mencionado Little, subió al escenario reclamando la presencia del alcalde para que diera su opinión sobre el concierto. Oh, no, no puede ser verdad. Veíamos volar el saquete de pasta con dos alitas diciendo "Adios, adios!".
Por suerte nadie le hizo caso.
Por fin acabaron los Muelles y nos pudimos ir a cenar, que no sabíamos si podríamos hacerlo. Y, bueno, aún fué más surrealista. Toneladas de tortilla de patatas (cojonuda, por cierto), pechugas de pollo rebozadas, patatas fritas caseras y pimientos, para que los músicos recuperaran fuerzas.
¡Y vaya si las recuperamos!. Sólo decir que una botella de Terry cayó en un santiamén y sólo se la bebieron dos personas..
De vuelta a Logroño, nos entró el mono y estuvimos hasta las siete de la mañana tocando en el local, haciendo el mono..¡Dulce juventú!
Agraceder a María y sus amigos y a Marta y los colegas de Roberto la presencia, no sin problemas de ubicación, al concierto de vuelta de los Ñam. Y decir que, si Dios quiere, volveremos a tocar con los Muelles, aunque sea perjudicial para la salú por lo que fuman...
Volveremos a la carga..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya podís empezar a comentaaarrrr